miércoles, 22 de junio de 2011

De infiernos


De infiernos

*
La vida ésta me responde triste
cuando pregunto por otras vidas
más fáciles de llevar,
quiero ser como ellos:
los que sonríen en las fotografías
y no sufren de este paso denso
ni del verso roto que recuerda
extintas felicidades.

Cada cual va por el mundo
con su infierno a cuestas
y si pido a alguien
que me regale el peso de su brazo
durante noches de música entrañable
como tarareo
y silencio
noches de cuna perdida
de tortuoso insomnio
galería de penas
es para compartirlo,
este infierno que no tiene nombre, digo
creí que tenía el de aquel que se llevó mi sonrisa
pero no es de nadie
como nadie lo pide, ni lo extraña
este infierno que se llevó
el sol de mi ventana.
Porque desde hace días me es difícil ocultarlo:
pido un infierno ajeno
al menos
para dedicarle tiempo en conocerlo
para saber que no soy el único que sufre
alguien más que sepa
la inmensidad de una cama
que sabe a soledad
y gusta
que sepa a qué sabe estar
y no estar en ninguna parte
preciso de un infierno más interesante
porque del mío
me he aburrido hace tiempo.

**
¿De qué sirve soñar con otras vidas?
con cielos volátiles e infiernos que se instalan
justo en el costado.

la esperanza es un mal colectivo
que no me deja disfrutar de mi dolor.


***
Me he inventado un mundo
que cabe en mi habitación solamente
un mundo en el que hay libros
dolores ajenos             íntimos
letras enamoradas
letras torpes
que se avergüenzan de su dueño
en este mundo no se duerme
y acá si se quiere se sufre
si se quiere se celebra
la sangre que brota de la herida
con palabras escogidas
acá no se mira el reloj
porque ofende
acá se respeta el llanto
y se cantan réquiems
y se come silencio.

este mundo es lo único que queda
poesía nueva
de viejas ideas
canciones que conservan
notas que erizan la piel
música cualquiera en el oído
que obligue la posición fetal
para buscarse en el estómago
algo donde sostenerse
mientras pasa el sismo
algo, lo que sea
y confirmar que la nada
es solo por dentro.

****
¿Tan difícil es hacer este dolor creíble?
de niño que tiene pan
para llenarse el vacío
agua para lavarse las penas
cama para quejarse del frío
de niño que tuvo juguetes tontos
y la imaginación suficiente
para temerle a todo lo que nadie explica
e inventarse la fe y hablar solo
de niño que nada debe dolerle
no es lícito el dolor
¿por qué entonces llevo tiempo
con este infierno que no tiene nombre?

Hace tiempo que la felicidad
dejó de vivir en las sonrisas.

*****
Se me olvidaba que la lluvia suena
Y es como la muerte, compañera.

miércoles, 8 de junio de 2011

Nota averiada para R. L.


I
*
No te miento, también me he enamorado
Y sé lo que es escribir una lágrima
en poemas y canciones,
Hacer del silencio un juguete
y reírnos de las preguntas        
que nadie contesta.
No te miento, he amado
He dicho: parió la noche un hálito de luz
para alumbrar tu sueño.
Y como a ti, me han marchado
Me ha faltado el aire,
He sonreído
Y le he hablado en el idioma del recuerdo
a aquel que solo entiende del momento.

**
Mírame
Míranos
Con ese color de soledad en la mirada,
Míralas,
Las heridas aquellas
que como casas deshabitadas
tenemos en el costado.

***
Cual un niño que no conoce el mundo
te he encontrado
Y cual liberador de yugos del pasado
Me has hablado.
Y preguntas por qué te odio.
¿Cómo odiarte, si tal palabra me sirve
para no robar de tus labios un beso?

****
No te miento, me he mentido
Quise prevenir el sentimiento
y evitarte las disculpas y los peros
pero qué decir, me enamoré.

Hoy eres mi excusa
Mi temporal fascinación.




II
Como parte del paisaje,
instalado en la grama abrasadora
del campus que me obligó a conocerte,
tocas la guitarra como robándole al viento
las palabras
Tu rostro, relámpago de emociones
Tu voz, trémulo del tiempo
Y me miras
Y te miro
como queriendo aprisionar uno
de esos estribillos a viva voz gastada
Y las notas averiadas de Bob Dylan
que se mueven en tus labios.

Y me hablas de canciones
Y me cuentas chistes
Y yo que no quería devolverte
el golpe de tu voz
con palabras tibias de silencio.

Tócame una canción, te dije
de esas que me vuelven loco
¿Tienes idea de cuan feliz me harías?
Tócasela a ella y disimula
que no es por mí el brillo de tus ojos.

Déjame quedarme en tu concierto:
Conocí mi canción favorita
mientras me enamoraba del intérprete.

III
Qué tonto:
creer que para escribir poesía
bastaría mirarte en los pasillos.
antes de tu adiós, espera, te dije
y pedí tu mirada.

Qué tonto:
creer que escribir poesía
y regalártela envuelta en miradas
de esas que ponen nervioso
bastaría para enamorarte
y que me devolvieras el favor
con una canción de ésas.

Qué tonto:
pensé ofrecerte poesía
a cambio de canciones.